El autor aborda el testimonio fiel del cantante, sus andanzas por la República hasta consolidarse como una de las grandes voces de la música norteña
Israel Morales/Monterrey
Las memorias del cantante Mundo Miranda (1942-2022) son guiadas por Guillermo Berrones, quien las documentó a partir del testimonio fiel de la voz solista que un día inició su andar desde Zacatecas por diversas partes de la República hasta instaurarse en definitiva en Nuevo León, para él, la capital donde más se destaca el significado de la música norteña, de la que fue gran portavoz.
La obra “Mundo Miranda. El Cisne. Diáspora de la música norteña” será presentada en la UANLeer este miércoles 15 de marzo a las 14:00, en Patio Sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, con la participación de Guillermo Berrones, en compañía de Genaro Saúl Reyes e Ileana Cepeda, en colaboración con la Preparatoria 22.
En esta obra, el autor parte del testimonio fiel del cantante y el peregrinar de su familia, sus primeros trabajos, de Zacatecas a Durango, la ruta que significa la búsqueda de un mejor futuro para una familia como las hay tantas en México, pero con la música por dentro, desde que Mundo escuchó a Miguel Aceves Mejía, su máximo ídolo.
Así fue como empezó a darle a la cantada, en su lugar de origen, en Cantuna, Saín Alto, Zacatecas, donde nació el 22 de febrero de 1942:
“Desde mi trabajo en el rancho Las Bolitas, me gustaba cantar al aire libre mientras arreaba los animales para que pastaran entre los cerros. Admiraba a Miguel Aceves Mejía, un cantante muy popular de la época, intérprete del huapango huasteco ‘El pastor’ y me gustaba imitarlo. La letra de esa canción era de mis favoritas; la escuché en la radio, la aprendí, y creo no era tan malo imitándolo. La melodía lleva muchos falsetes y al cantarla no lo hacía tan mal. Yo tenía muy buen falsete y me gustaba cómo me salía la interpretación. Un día, andando en la cañada de Mariales, cerca del rancho, empecé a cantarla y me gustó escuchar el eco de mi voz repitiéndose entre la cañada” (pág. 36).