El autor plasma parte de su pasión musical en el libro “Los Panchos. El trío romántico del mundo”, que aborda su historia, anécdotas, discografía y las visitas que realizó el grupo a Monterrey
Israel Morales/Monterrey
Los mexicanos Alfredo Gil y Chucho Navarro, con el puertorriqueño Hernando Avilés como primera voz, en 1944, en Nueva York, formaron Los Panchos, un concepto que cambió la historia de la música, lo que hizo gran eco en el país que vio nacer a dos de ellos y también en América Latina.
En 1948, a su temprana edad, el regiomontano Arnulfo Luis Tamez Leal quedó atrapado para siempre en la música de este trío con voces contagiosas y agradables, para reunir una colección que abarca discos en distintos formatos, publicaciones, fotografías y demás, afición que plasma en “Los Panchos. El trío romántico del mundo” (UANL), libro del que nos platica en entrevista.
¿De dónde nace tu libro?
En el Chandelier, del hotel Ancira (1985) donde Chucho Navarro actuando con su trío, me dedica una de sus canciones y le dice al público que yo les voy a escribir un libro; un poco tardado, pero no le quedé mal.
¿Recuerdas la primera vez que escuchaste a Los Panchos?, ¿qué te llamó la atención de su música?
Corría el año de 1948 cuando escuché por primera vez el trío por radio y por sinfonolas que eran muy populares en ese entonces. La compañía disquera inició operaciones en la Ciudad de México en diciembre de 1947, y dentro de lo primero que lanzaron al mercado nacional se encuentran los primeros dos discos de pasta de 25 cm de diámetro y 78 RPM que contenían las canciones “Perdida” y “Me voy pa’l pueblo”, en uno de los discos, y “Una copa más” y “No trates de mentir”, en el otro disco. Fue algo novedoso el estilo de tocar las guitarras y acoplar sus canciones a tres voces, de un modo diferente a lo que se escuchaba en ese entonces.
¿Cómo has conformado el listado discográfico de Los Panchos?
El listado discográfico en forma escrita lo fui conformando toda la vida, utilizando como fuente mis propios discos y con información de otros coleccionistas amigos míos, catálogos de discos de las casas comerciales de discos, de revistas de espectáculos y fotografías obtenidas de los familiares.
¿Qué recuerdas de sus visitas a Monterrey ?
El año de 1949 fue grandioso para ellos donde grabaron discos, se presentaron en teatros, cines y participaron en la filmación de 16 películas, teniendo viajes frecuentes a las principales ciudades de la República Mexicana. Precisamente vinieron a Monterrey los días 3, 4, 5 y 6 del mes de mayo, donde tuvieron gran acogida por los regiomontanos, en una agenda muy apretada, cuando apenas tenían solo cuatro meses de haber llegado por primera vez a la Ciudad de México procedentes de Nueva York.
Hubo un día donde se requirió la presencia de los bomberos de la ciudad para abrirles paso para salir a cumplir con otro compromiso, en una radiodifusora, ante una multitud de personas que querían conocerlos en persona. En esa ocasión fui a conocerlos desde las gradas, escuchándolos y viéndolos actuar en un cine localizado frente a la Alameda Mariano Escobedo. En esa ocasión estaban reafirmando el prestigio ganado por medio de transcripciones radiales y sinfonolas.
¿Cómo se dio tu relación de amistad con algunos de sus integrantes?
Con quien tuve muy buena amistad en 1970 en la Ciudad de México fue la primera voz original (fundador), Hernando Avilés. Posteriormente en la Ciudad de México acudí a un programa donde estuve platicando con los elementos del trío (Gil, Navarro y Cáceres) en la celebración de sus bodas de plata artísticas en el Auditorio Nacional en marzo de 1971. En esa ocasión también me entrevisté con Raúl Shaw “Moreno”.
Después, en 1985, hice amistad en San Nicolás de los Garza con Chucho Navarro y sus hijos Jesús hijo y Martín Navarro, además de Gabriel Vargas (que sustituyó a Alfredo Gil) y a Rafael Basurto.
Cabe mencionar que los integrantes del trío se alojaron en la frontera norteamericana, actuando en varias ciudades norteamericanas como nacionales, haciendo un viaje relámpago en noviembre de 1948, para permanecer solamente tres días en Monterrey, prácticamente sin mucha propaganda.
¿Leyeron el libro o ya lo tienen los familiares de Los Panchos?
Sí. De los primeros libros recibidos de la UANL, les envié copias a los familiares de los fundadores como la hija y nieta de Hernando Avilés, que me felicitaron muy efusivamente por la impresión de tan importante documento.
Libros enviados a los descendientes de los tres hijos del fundador Chucho Navarro. Aquí con quien platico frecuentemente es de su primogénito Jesús Junior, quien me ha expresado su agradecimiento por la obra.
Recibí un reconocimiento por medio de una placa grabada en vidrio que dice: “Los descendientes de la familia Bojalil Gil, donde agradecen y admiran a Arnulfo Luis Tamez Leal por su extraordinario libro de Los Panchos, Documento Histórico”.
¿Sigues coleccionando material de Los Panchos?
Sí, desafortunadamente, ya no hay mucha información. He recibido algunas fotografías enviadas por la familia Bojalil Gil y comentarios de la familia Navarro.
¿Qué les puedes decir a las nuevas generaciones sobre Los Panchos?
Que traten de conocer la obra del trío en material grabado, donde hay cerca de mil 200 canciones que escuchar, donde se encuentran toda clase de ritmos como canciones rancheras, boleros, guarachas, guajiras, sones jarochos, sones huastecos, valses, boleros, tangos, canciones yucatecas, temas japoneses y de otros países, así como versiones con otras voces acompañantes como Eydie Gormé, Javier Solís, Gigliola Cinquetti, canciones yucatecas, joropos, llaneras, etcétera.
Adquieran el libro “Los Panchos. El trío romántico del mundo”, en la casa del libro de la UANL (Padre Mier y Vallarta, Centro) teléfono 81-8329-4111, e mail: editorial.uanl@uanl.mx o bien solicitarlo por correo a Amazon. Este es un documento cultural.