– Un equipo de expertos del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), unidad Zacatecas, perteneciente al Laboratorio de Computación Centrada en el Humano (HCC, del inglés human-centered computing), realizó un estudio para detectar el engaño a través de datos oculares.
Zacatecas.- Érika Rodríguez/ Agencia Informativa Conacyt
Actualmente existen diversos métodos para detectar mentiras. Uno de ellos es la prueba del polígrafo, que registra los cambios neurofisiológicos del individuo; sin embargo, la condición física de un atleta de alto rendimiento es capaz de burlar este sistema. Otra técnica para distinguir el engaño se basa en el estudio de las expresiones faciales, pero éstas pueden ser dominadas por un experto en actuación. ¿Existe algún medio para la detección de mentiras que no se pueda fingir ni controlar? ¿La observación de los ojos funcionará para la detección del engaño? Efectivamente, hay algo que funciona como una “ventana” directa al cerebro, se trata del tamaño de la pupila.
Luego de dos años de trabajar en computación cognitiva, un equipo de expertos del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), unidad Zacatecas, perteneciente al Laboratorio de Computación Centrada en el Humano (HCC, del inglés human-centered computing), realizó un estudio para detectar el engaño a través de datos oculares.
Bajo la línea de investigación de HCI (interacción humano-computadora), el grupo de investigadores del Cimat ha concluido diversos experimentos sobre seguimiento ocular, cuyos resultados han sido publicados en varios artículos científicos, entre los que se encuentra el titulado Entropy of eye fixations: a tool for evaluation of learning objects, en la revista Research in Computing Science, en su edición de 2016.
Para trabajar en la línea de computación afectiva y cognitiva, en el Laboratorio de HCC del Cimat (creado en 2015), el grupo de estudiosos examina artículos científicos de psicólogos para encontrar información avanzada, con la cual, al implementarla en ciencias de la computación, ha obtenido las bases para realizar experimentación y finalmente implementar sus resultados en el desarrollo de nuevas tecnologías, que brindarán múltiples aplicaciones, informó el doctor en ciencia y tecnología informática Hugo Arnoldo Mitre Hernández.
Por su parte, el doctor Carlos Alberto Lara Álvarez, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y de Cátedras Conacyt, expresó que el área de HCI tiene una tradición muy grande en investigación, ya que el éxito de muchas empresas y marcas que destacan actualmente fue precisamente su preocupación por mejorar la forma en que las personas interactúan con los dispositivos.
“En Cimat, esta línea surgió bajo la idea de mejorar las interfaces gráficas y aspectos colaborativos entre los grupos de trabajo para ejecutar proyectos de manera exitosa en aplicaciones como, por ejemplo, de ingeniería de software, de la industria, mejorar la seguridad del trabajador y evitar accidentes, así como en el correcto funcionamiento de los dispositivos”, describió el doctor Lara Álvarez, igualmente adscrito a Cimat, unidad Zacatecas.
Detección del engaño
Mitre Hernández, también miembro nivel I del SNI, indicó que el estudio del engaño tiene aplicaciones muy diversas, entre las que se encuentran el desarrollo de nuevas tecnologías que podrán implementarse en la criminología, recursos humanos —para contratación de personal—, servicios minoristas o mayoristas para casos de robo hormiga en los supermercados y estudios de trastornos psicológicos para prevención del suicidio.
Para llevarlo a cabo, el equipo de investigadores realizó un experimento, cuyas pruebas consistieron en recopilar información de 24 jóvenes de secundaria, con el propósito de reconocer características o variables de seguimiento ocular distinguibles en entrevistas. Estas variables son verdad, mentira espontánea y mentira planificada.
“En cuanto al uso de tecnologías para experimentos como este, por ahora estamos utilizando un rastreador ocular comercial, que registra información y arroja datos de todo el fenómeno ocular, como el tamaño de la pupila, movimiento de ojos y fijaciones de los ojos en la pantalla. Cabe mencionar que también estamos en busca de recursos para hacer nuestro propio rastreador ocular”, expresó el líder del laboratorio HCC en Cimat Zacatecas.
Entre los principales hallazgos de este estudio, se encuentra haber concluido que la verdad requiere más esfuerzo mental que decir una mentira planificada; esto debido a que en la mentira planificada la persona previamente ya pensó en lo que le podrían preguntar y en cómo podría contestar según el caso, mientras que en la verdad, la persona requiere recordar a detalle qué es lo que en realidad pasó para responder según las preguntas. Otro hallazgo es que una mentira improvisada requiere mayor esfuerzo mental que una mentira planificada. Un tercer hallazgo es que la mentira improvisada —también llamada espontánea— requiere más esfuerzo que decir la verdad. Para llegar a estas conclusiones se midió el tamaño de la pupila, la frecuencia del pestañeo y la longitud del movimiento ocular.
“Para estas detecciones es importante tomar en cuenta que en cada persona influyen diferentes variables, que van desde la raza, en donde los resultados pueden modificarse de acuerdo con rasgos físicos, como el tamaño de ojos, pues en los rasgados es más complicado para el detector identificar el tamaño de pupila. Otro factor significativo es la luz externa del sol, que también influye en el tamaño de la pupila, para lo que nosotros utilizamos ambientes controlados de iluminación. Finalmente, las variaciones de la luminiscencia de la pantalla, por lo que buscamos también en este aspecto que las condiciones sean lo más homogéneas posibles para obtener resultados imparciales”, describió.
Mitre Hernández, quien desde hace siete años y medio se desempeña como investigador asociado C en Cimat Zacatecas, expuso que aunque una persona sea diestra o zurda, cuando miente, la longitud entre los puntos del movimiento ocular suele ser mayor. En este caso, la única variable que sí interviene para cometer un error en la detección de la mentira es cuando una persona padece estrabismo.
La idea de este estudio es avanzar y en un futuro hacer un dispositivo tecnológico con modelo de utilidad que se pueda incrustar en unas gafas o directamente en ellas para medir el movimiento ocular y detectar el engaño. Para llegar a esto último, es necesario continuar con las pruebas por un largo periodo de tiempo.
“Hay dispositivos comerciales muy buenos para esto; pero nuestro interés está en desarrollar este tipo de tecnologías de manera local y no queríamos empezar desde cero, por lo que estamos haciendo estos estudios con nuevas métricas y parámetros originales que contribuyan a la ciencia”, indicó.
Expresó que aunque estudios enfocados en seguimiento ocular son más frecuentes en Europa y Asia, en el caso de México, existen también otros grupos de investigadores que abordan estos temas —con diferentes aplicaciones—, como en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), en Nayarit, y en la Universidad de Guadalajara (UdeG), en Jalisco.
Finalmente, el equipo de investigadores continuará en busca de fondos económicos para fortalecer estos estudios, generar alianzas con doctores psicólogos especialistas en cognición y emociones, así como conseguir el material tecnológico para la construcción de estos nuevos prototipos.
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