Los Trastornos del Neurodesarrollo más comunes son: Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno del Desarrollo Intelectual, los cuales afectan habilidades clave como el lenguaje, la coordinación motora, la socialización y la cognición.
TEC SALUD/Monterrey
El neurodesarrollo es un proceso que se inicia desde la concepción y se extiende a lo largo de la vida, sin embargo, la infancia y la adolescencia son etapas cruciales para alcanzar la madurez cerebral y en las que se pueden identificar alteraciones que, ante una falta de diagnóstico adecuado, pueden afectar la calidad de vida de quienes los padecen.
Los Trastornos del Neurodesarrollo más comunes son: Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno del Desarrollo Intelectual, los cuales afectan habilidades clave como el lenguaje, la coordinación motora, la socialización y la cognición.
Los Trastornos del Espectro Autista tienen un origen multifactorial y pueden ser generados por diversos factores como infecciones, uso constante de antibióticos, consumo de alcohol, cigarro o estupefacientes durante el embarazo, que influyen a nivel del sistema nervioso central.
En el caso del Trastorno por Déficit de Atención, un factor importante puede ser el genético, en este sentido, se ha evidenciado que los hijos de un progenitor con TDAH tienen 50% de probabilidad de tener los mismos síntomas y un niño con TDAH, tiene una probabilidad de 1 en 4 de tener un padre con el mismo padecimiento.
El Dr. Raúl Calderón Sepúlveda, especialista en Neurología Pediátrica y Neurodesarrollo en el Hospital Zambrano Hellion de TecSalud, resaltó la importancia de identificar a tiempo las señales que podrían indicar la presencia de algún trastorno.
“Hay señales de alerta en el desarrollo de un niño sano, si a los dos años aún no ha pronunciado ninguna palabra y no utiliza lenguaje verbal, ya presenta un retraso en el lenguaje que pudiera ser diagnosticado como Disfasia del Desarrollo, y si presenta otras características como pobre contacto visual, no responder a su nombre, entre otras, podría indicar la presencia de un trastorno del espectro autista”.
Estas enfermedades tienen como factor común, las comorbilidades que se ven reflejadas en los primeros años de vida, por ejemplo, las personas con Trastorno del Espectro Autista o TDAH tienen un mayor riesgo de desarrollar epilepsia en comparación con la población general y en algunos casos pueden presentar, ansiedad, depresión y trastornos del sueño como: insomnio o hipersomnia.
La estimulación a través de caminatas, ejercicio, socialización, contacto con la naturaleza y terapias personalizadas, son determinantes porque permiten activar varios sentidos humanos, generando una mayor conectividad neuronal. Estas acciones en personas que ya presentan algún problema les facilita saltar etapas conflictivas dentro de la enfermedad.
Asimismo, el doctor recomendó disminuir el uso de tecnologías y aparatos electrónicos, ya que pueden tener efectos negativos en el desarrollo infantil y adolescente. La exposición prolongada a dispositivos electrónicos puede generar problemas de dependencia y alteraciones del sueño, capacidad de concentración de un niño, aislamiento social y déficit visual lo que obstaculiza su desarrollo. “Esto es preocupante en niños con trastorno del espectro autista, quienes ya enfrentan desafíos en la socialización. Por ello, en la infancia no deberían usar un celular, ya que esta práctica puede obstaculizar su desarrollo y limitar su capacidad para interactuar de manera saludable con su entorno”.
Entre las recomendaciones médicas, pidió a los padres estén pendientes de los hitos del desarrollo (guía de los avances que debe tener un niño en cada etapa de vida), apoyarse en las tecnologías para investigar más estos hitos, estar atentos al desarrollo psico-motor de sus hijos y prestarles atención en caso de que se manifieste algún síntoma o cambio para poder interferir a tiempo.