El joven Alfonso Reyes, al descubierto

El historiador Javier Garciadiego contó detalles de estas etapas durante la conferencia El joven Reyes: su formación intelectual, presentada en la agenda de Nuevo León, estado invitado de la 40 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

 

Ciudad de México.- Conarte

Convertirse en la figura literaria de Nuevo León con mayor trascendencia a nivel internacional no es casual, ya que Reyes tuvo momentos definitivos en su juventud que le permitieron desarrollar su intelecto y un estilo para validar su vocación.

El historiador Javier Garciadiego contó detalles de estas etapas durante la conferencia El joven Reyes: su formación intelectual, presentada en la agenda de Nuevo León, estado invitado de la 40 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

El Regiomontano Universal tuvo momentos definitivos al mudarse a la Ciudad de México y conocer a colegas con los que podía platicar e intercambiar conocimientos literarios, muy distinto a su adolescencia cuando escribía -en cuadernos escolares- en solitario.

Alejado de su familia se integró a grupos de escritores: Revista Savia Moderna, Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria (dirigida por Martín Luis Guzmán) y Ateneo de la Juventud.

“Ahí hace un grupo interior con el que discute y hacen lecturas platónicas en el que estaban: Jesús Tito Acevedo, Antonio Caso, José Vasconcelos y Pedro Enrique Sureña… difícilmente vamos a encontrar otro un grupo de jóvenes mexicanos con esa dimensión cultural y con esa potencialidad de construir instituciones e incidir en la historia nacional”, considera Garciadiego.

Todo lo llevó a desarrollarse al punto en que comienza a dejar de lado la poesía para enfocarse en el ensayo y, según Javier Garciadiego, crear un estilo único.

“Lo que Alfonso Reyes escribe es un ensayo ligero, un ensayo de enorme calidad literaria, enorme creatividad… un género que casi él inventó. Un ensayo no académico, sino gustoso, ligero, pero al mismo tiempo tremendamente fundamentado y absolutamente pedagógico, aunque sin didactismo. Le gustaba utilizar la literatura como conversación”.

Para Reyes y sus colegas la fundación de la Universidad Nacional en 1910 y la consecuente creación de Escuela de Altos Estudios el mismo año significó una opción laboral que les anunciaba un futuro promisorio.

Con el inevitable paso del tiempo, Alfonso Reyes dejaría de ser joven, al casarse y tener un hijo y, en un hecho que lo marcó y que el historiador considera el punto de quiebre para llegar a la adultez, con la muerte de su padre, el general Bernardo Reyes. La misma persona que imponía un ambiente estricto a su familia, de la que pudo “liberarse” al ir a la Ciudad de México para dar paso a su vocación.

La conferencia fue presentada por directora de la Cátedra Alfonso Reyes, Ana Laura Santamaría, y contó con la presencia de Ricardo Marcos, presidente de Conarte. Es parte de las actividades por el Aniversario Conmemorativo de Alfonso Reyes (130 años de su natalicio y 60 años de su aniversario luctuoso) que se incluyen en el programa de Nuevo León como Estado Invitado en la 40 FILPM, que concluye el 4 de marzo.

La programación del Pabellón Nuevo León en la FILPM continúan. La programación está en http://conarte.org.mx/agenda/40-fil-palacio-de-mineria/

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