Luis Panini muestra en su reciente obra “un antídoto contra la autocensura”

El autor regiomontano presentará “Los pánicos principales” el sábado 18 de marzo en la UANLeer, el primer evento librero del año 

Israel Morales/Monterrey

Con “Los pánicos principales” (An.alfa.beta-Conarte), el escritor regiomontano Luis Panini llega al segundo libro de un tríptico que inició en 2016 con “Destrucción del amante”, libros de corte testimonial del autor.

En esta obra publicada de manera reciente su narrativa no oculta al joven que fue en la adolescencia, en su despertar a la sexualidad, a la revistas prohibidas, los deseos o las iniciaciones.

Luis Panini estará en la UANLeer el sábado 18 de marzo para presentar “Los pánicos principales”, libro del que nos platica en entrevista.

¿Cómo surge “Los pánicos principales”?

Es el segundo autorretrato de un tríptico que comencé a escribir hace más de diez años. El primero se titula “Destrucción del amante” y fue publicado en 2016.

La idea surge como una especie de antídoto que desarrollé para remediar la posibilidad de la autocensura en mi escritura, para asegurarme de que no haga acto de presencia en mis textos.

Simplemente me pregunté qué es lo que no deseo que mis padres sepan acerca de mí y tal pregunta obtuvo tres respuestas. Cada una de esas respuestas se convirtió en un libro. El título pretende evocar el tipo de recuerdos que detonan pánico en mí ante la posibilidad de que la información contenida en el libro llegue a oídos de mis padres.

¿Luis el autor es diferente al Luis personaje o llega en un momento en que se fusionan? Hace años decías que además lo que se hace en literatura puede ser autobiográfico…

El Luis de “Los pánicos principales” es verídico. Este no es un libro de ficción, así que todo lo que aparece en él es testimonial, ocurrió. Hasta este momento he mantenido mi ficción y no ficción completamente separadas, pero espero llegar a fusionarlas en algunos proyectos futuros.

No creo que la literatura es autobiográfica en sí, pero mi opinión no ha cambiado en el aspecto de que los libros que escribimos invariablemente terminan convirtiéndose en espejos de sus autores, aunque el autor jamás haya experimentado las situaciones que en sus páginas se describen.

¿Qué fue lo que te hizo acudir a la infancia para desarrollar esta obra? ¿Ahí crees que están muchas respuestas?

En la infancia se encuentra encapsulada la génesis que nos define. Este libro surgió como una respuesta que tiene que ver con mi despertar sexual, sobre todo durante la infancia y pubertad.

¿Qué me puedes comentar de los temas que abordas: la sexualidad, las revistas prohibidas, los deseos, las iniciaciones?

Todos estos pensamientos en torno a la sexualidad y los objetos y situaciones referidas en el libro pretenden hacer las veces de ladrillos para formar una identidad, porque poco a poco son estas situaciones, experiencias y objetos las que construyen a una persona.

Pero también está el cine, la música, las caricaturas en la TV, la TV misma, ¿qué nos puedes comentar de esta llamada educación sentimental?

La educación sentimental a la que sobre todo hago referencia en el libro es la que indirectamente me facilitó mi padre. Él simplemente firmó un documento ante el gerente de un videoclub para que me permitieran rentar las películas que yo eligiera, sin importan su clasificación.

Obviamente mi padre desconocía el tipo de material que yo estaba rentando, que en realidad no era tan fuerte, pero sí me proveyó de un mejor entendimiento, o descubrimiento, de la sexualidad.

¿Cómo trabajaste el lenguaje para esta obra?

Es un libro con un lenguaje muy directo, sencillo, sin artificio. Me interesaba mantenerlo de esa forma porque se trata de una obra de no ficción y la honestidad absoluta sobre asuntos de naturaleza personal e íntima fue crucial mientras lo escribía.

¿Vienen más libros tuyos para este año?

Se supone que julio o agosto aparecerá uno más, que será el tercer autorretrato de este tríptico y, por fin, podré concentrarme en otros proyectos.

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