La derrota como valor

Columna: QUBITS

Verónica Valencia

Se aprende a perder… perdiendo.

Y qué difícil es aprender en la derrota. El pasado domingo se realizaron las elecciones intermedias en Nuevo León, y como era de esperarse dos de los candidatos a gobernador Adrián de la Garza, candidato por la coalición PRI-PRD, y Samuel García, candidato por Movimiento Ciudadano, se declararon ganadores casi al mismo tiempo, sin embargo las horas transcurrieron y el sistema de conteo rápido, es decir, Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP)  colocó sólo a uno de ellos como virtual ganador.

Al día siguiente, el candidato Adrián de la Garza ofreció una rueda de prensa donde reconoció que los números no le favorecían. Aceptar la derrota es una acto noble, que honra a quien asume la victoria ajena con dignidad.

«Para mí ha sido un gran privilegio el estar en contacto con miles de mujeres y hombres de los que he aprendido muchísimo y llevaré en mi corazón”, mencionó De la Garza en su corto discurso, «Esa muestra de apoyo me compromete a seguir viendo por mi estado desde cualquier trinchera en la que me encuentre”.

Por su parte, Clara Luz Flores, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, Verde Ecologista y PT) agradeció a las miles de personas que depositaron su confianza en ella y pidió a Samuel García, virtual ganador, cumplir sus promesas.

“A los que ganaron, felicidades, no podemos defraudar a los votantes, a los que perdimos, somos lo que somos, no fuimos nada más por un rato. Nuevo León necesita a todos, requiere de todos, me siento agradecida por todo lo que he vivido. A todos los que votaron por mí, gracias”.

Me llamó mucho la atención los mensajes que la ex candidata a la gubernatura recibió en sus redes sociales, muchos se burlaron de ella, otros no entendieron el mensaje y otros más se alegraban de que no haya sido electa.

En esta era de las redes sociales se vive una crueldad que raya en la ferocidad extrema, todo se critica, y si eres mujer más, desde el color del lápiz labial hasta el tono del cabello y ¡Ay, de ti!, si se notan las raíces oscuras o blancas. ¡Qué triste!, que todo se resuma en aparentar.

Parece ser que en esta época nos han robado la tan humana posibilidad de equivocarnos o la tan simple opción de que no todo esté programado, que no todo pueda ser predecible. Nadie nos prepara para las derrotas; el mundo nos exige ser exitosos, rápidos y con un gran número de likes.

Muy pocos son los que estiman y entienden el valor de la derrota, tan importante es saber perder como saber ganar, sin embargo para lo primero no estamos mentalizados, nadie nos ha enseñado.

Pier Paolo Pasolini (1922-1975) un intelectual italiano, decía: «Pienso que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota. En manejarse en ella. En la humanidad que de ella emerge. En construir una identidad capaz de advertir una comunidad de destino, en la que se pueda fracasar y volver a empezar sin que el valor y la dignidad se vean afectados».

Y cuanta verdad tienen sus palabras hoy, porque las cosas buenas no duran para siempre, pero las malas tampoco.

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Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.

VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es divulgadora y consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital y certificación como instructora capacitadora on line y offline. Ha trabajado en periódicos como Grupo Reforma, Milenio y El Mañana de Reynosa.