“La compulsión autobiográfica” de César Tejeda

Su cercanía con este género literario empezó cuando de niño acudía a reuniones de Alcohólicos Anónimos, donde se conocieron sus padres 

Israel Morales/Monterrey

César Tejeda se adentra en los territorios de la memoria fidedigna en “La compulsión autobiográfica” (UANL-Alacraña-Bookmate). En esta obra, el autor conforma ensayos y temas que consolidan la autobiografía como una parte integral de su materia narrativa, además de abordar las autobiografías de otros autores. Y que todo empezó cuando de niño acudía a reuniones de Alcohólicos Anónimos, donde se conocieron sus padres.

Tejeda platica en entrevista de este libro que presentó de manera reciente en la UANLeer.

¿Cómo nace “La compulsión autobiográfica”?

A veces pienso que los libros son una suma de casualidades. En este caso fue que de manera natural, sin programarlos, siempre he escrito textos de naturaleza autobiográfica y eso me llevo poco a poco a que amigos y amigas que también se dedican a escribir me invitaran a impartir talleres sobre este tema. Entonces lo que yo hice y que nunca había hecho fue tratar de sistematizar de alguna forma lo que había aprendido escribiendo autobiografía, pero mucho más importante lo que había aprendido leyéndola, porque desde luego que son lecturas que me apasionan.

Y al sistematizarlo, condensar esa información, con los interesados en escribir sobre el género fue una experiencia muy reveladora. Una de mis profesiones es trabajar como editor, entonces de alguna manera tuve algunas intuiciones que me permitieron utilizar mis conocimientos como editor y escritor para hacer una teoría sobre la escritura autobiográfica.

Llama la atención lo de Alcohólicos Anónimos, ¿cómo lo aplicaste en la obra?

El punto de partida es que mis padres se conocieron en Alcohólicos Anónimos, y desde niño yo aprendí cómo se interioriza el discurso en los grupos de superación personal, que es un discurso muy articulado. Digamos que los Alcohólicos Anónimos, entre otras cosas, aprenden a articular un discurso que les permite sanar. Eso fue como la segunda parte cuando yo me pregunté a mí mismo: qué circunstancias de mi vida me pudieron haber llevado a escribir autobiografía y me respondí de manera creativa que era eso, haber conocido el discurso de los AA desde niño.

Ahora no me interesaba escribir como un libro de consejos, sino aplicar las cosas que yo iba descubriendo a mi propia escritura, eso es este libro, donde trato de condensar de lo que he aprendido sobre la escritura autobiográfica para escribir autobiografía.

¿Qué puede encontrar el lector en tu obra?

Hay algunos ensayos dedicados al origen de AA, esa es como la columna vertebral, pero también hay una serie de ensayos que se tratan de cosas que me han ocurrido a mí al leer las autobiografías de otros autores, como darme cuenta que tenemos una especie de relación o que hay algún accidente en nuestras historias que nos vincula, etcétera.

¿Por qué se le tiene miedo a la autobiografía, tanto escribirla e incluso leerla? 

Es interesante, en realidad no sé a qué se deba. Hoy por hoy esta escritura es muy socorrida tanto por lectores como por escritores, y eso ha provocado que se considere una moda. Y como todas las modas siempre tienen a sus detractores. Y creo que se debe a eso que cada vez se utiliza más y los motivos no sabría decirlos.

Y a mí cuando me dicen que la escritura autobiográfica es una moda, yo les digo que tal vez sí, pero que por lo menos en Occidente, desde San Agustín, es una moda que tiene muchísimo tiempo. Además lo que es cierto es que en México la escritura autobiográfica, a pesar de que tiene exponentes muy interesantes como Rosario Castellanos, Vasconcelos, Ibargüengoitia, por mencionar algunos, no ha sido tan socorrida como en otras literaturas, como la anglosajona. No sé por qué la gente le pudiera tener algo de resquemor, es algo que me he preguntado mucho. Pero creo que todo lo que es susceptible a la creación es susceptible a la polémica.

 ¿Hay una diferencia con la autoficción?

Mi postura como autor y editor es que hablar de ficción para hablar de géneros autorreferenciales no es necesariamente útil porque la memoria ya tergiversa todo, es decir, la memoria es ficción. Entonces decir que un texto es autobiográfico o autoficticio es impreciso. Hay autores que al escribir sus memorias confían ciegamente en su memoria y comienzan a escribir. Y hay otro tipo de autores que cuando comienzan a escribir sus memorias dudan del pasado y tratan de rectificarlo, y utilizan documentos que sustenten lo que recuerdan o que contradigan lo que recuerdan, etcétera. Entonces creo que es un polo más útil para discutir los géneros autobiográficos, el concepto de ficción se ha vuelto como en algo categórico y es difícil relacionarlo con los géneros autorreferenciales.

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