La alhaja de Drácula que terminó en Saltillo

Una gargantilla de diamantes cuya historia remite, entre otros, a Drácula, presente en el camino entre Monclova y Saltillo, rastro que se puede leer en la obra “Joyas de la familia”, de Sergio E. Avilés, quien estuvo en la FIL Monterrey    

 Israel Morales/Monterrey

Una gargantilla llega a México a través del rey Carol de Rumania, pero la historia de la alhaja es tan rica que desde el siglo XV atravesó varios destinos, desde Napoleón, la reina Victoria y el mismo conde Drácula. Todo este es el recuento que debe hacer Rubén Pablo Alcocer, detective privado que está sometido a la trampas de la memoria y a una pareja que quiere saber dónde quedó la joya. Esta es la trama de la novela “Joyas de la familia”, de Sergio E. Avilés (Alfaguara), quien estuvo en la FIL Monterrey.

¿Cómo llega el tema a tu novela?

En 1992, una amiga me dijo: a tu compadre, su abuela le acaba de heredar cierta joya y está tan fuera de lugar para estar aquí en Saltillo que quisiera saber un poco más de ella. Y encontramos que era una joya que venía de Rumania; por la firma del diseñador, era una casa de empeño reconocida mundialmente, y mis tíos, que eran muy eruditos, me dijeron: Oye, pues aquí vino un rey de Rumania a vivir, y empezamos a buscar en su colección privada de Excélsior y encontramos la crónica de cuando el rey Carol de Rumania abandonó a su esposa por Elena Lupescu, de la que se enamoró, y se vino a vivir a México. Abdicó del trono, estuvo primero en el hotel Regis y luego en Coyoacán.

¿Cómo se da la narrativa del protagonista Rubén Pablo Alcocer?

Me gusta esa forma narrativa porque además a la persona a la que pudimos acudir, que era la que había tenido la joya antes, era la abuela de un amigo, ella ya padecía algo de Alzheimer, era difícil pero era encantador, porque sus historias nos llevaban a viajar por todos lados. Decidí emular esa característica narrativa como un homenaje a los mayores que había en nuestras vidas y que poco a poco nos vamos convirtiendo en ellos nosotros mismos.

¿Cómo Drácula se conecta con Saltillo?

Es una figura muy interesante, que desde que leí la novela de Bram Stoker me llamó mucho la atención o aquella película maravillosa con Bela Lugosi que hace el papel de Drácula. Pero eso se quedó corto, cuando me enteré del personaje real que vivió en el siglo XV, en Valaquia, que es una parte de lo que ahora es Transilvania, dentro de Rumania, y ya que estaba en Rumania con el rey Carol, no me pude sustraer a tratar de encontrar una liga entre esta joya y el  personaje más famoso, más infame, como lo quieras ver, de Transilvania, que para ellos es un héroe, Vlad Tepes, el real, el verdadero Drácula, quien a través de una férrea disciplina y autoridad logró acabar con la corrupción y con los asaltos en los caminos, y pudo tener un reino muy pacífico y muy seguro que duró por todo el terror que inspiraba él con esos tormentos tan peculiares que aplicaba como el empalamiento. De hecho lo conocían como Vlad el Empalador porque su técnica favorita para acabar o castigar a  los maleantes era atravesarlos verticalmente con una estaca desde atrás hasta que le saliera por el cuello y por la boca. Dejarlos vivos para que murieran en una agonía tremenda. No los crucificaba, usaba un solo palo o una sola estaca.

Entonces me tomé la libertad de ligarlo con el territorio de Nacapa que está a medio camino entre Monclova y Saltillo, porque ahí hay precisamente un valle que se parece mucho a Transilvania, en donde vivió Drácula morfológicamente viéndolo desde el satélite, aunque allá es una región más selvática y no tan desértica como la nuestra, aunque decidí traérmelo para acá y hacerlo nuestro.

Rancho de Nacapa es un nombre náhuatl que quiere decir espejismo, en Rumania, la ciudad se llamaba Cluj Napoca, y eso ya se me hizo una variedad lingüísticamente aceptable en hacer ese cambio y esa comparativa.

¿La gargantilla dónde quedó?

En Saltillo, pero ya está en manos privadas.

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