Jorge Volpi y la rabia física y verbal

“Enrabiados” incluye seis relatos que abordan temas que provienen de la ira, el rencor, la furia, en mundo real o en el ciberespacio, con todos sus ajustes y desajustes, hasta derramar la bilis y cuestionar estos tiempos de polarización

Israel Morales/Monterrey

Odio, ira, coraje, rencor o furia… Jorge Volpi se va a los relatos de estos días, del mal uso de las redes sociales, de desigualdad, de polarización, pero también de poca autocrítica, de valemadrismo, de malos chistes que se cuentan solos. Y demuestra cómo es que también al filo del abismo sale la buena literatura. Así, Volpi firma “Enrabiados” (Páginas de Espuma, 2023).

El texto que abre el libro es “Irreversibilidad”, cuyo epicentro es parte de la vida académica del especialista en complejidad e irreversibilidad, Armin Zorn-Hassan, que es contada a través de Cristóbal, su asistente y estudiante de su clase que aceptó el reto, pero también las humillaciones, las que se tuvo que tragar hasta que la falsedad del indicado le abrió los ojos. Por eso el texto abre con el elogio fúnebre del malquerido hombre, ejemplo del desdén y la hipocresía, que con una narrativa hiriente y puntillosa, Cris da a conocer el tipo de vida que escondía; lo que representaba ese doble fondo que terminó por hundirlo aún más. Y entre muchos estudios, este científico investigó la rabia en toda su amplitud, desde el contagio, los síntomas y por supuesto las consecuencias. Y cita un caso, como aquel hombre mordido por un rata del desierto en Australia, y quien se encadenó para no morder a su familia, mientras su hijo iba en busca de ayuda, que es un ejemplo que sienta muy bien a quien lo recuerda de la peor manera:

“¿qué mejor metáfora para describir nuestro presente y a usted mismo?, ¿qué mejor manera de abordar esa otra rabia que no es física, sino verbal y mental, que a diario invade nuestros cerebros?, ¿ese virus que toma posesión de nuestras neuronas y nuestras almas, esa rabia que, convertida en trino, quiero decir en aforismo, transmuta en zombis a millones de personas?” (págs. 26 y 27).

Para estos días oscuros, nada como una tragedia griega, como a la que se parece “Fatalidad”. Eteocles, Polinices y Yocasta, el duelo de hijos, y lo que le espera a la pobre de su madre. Una guerra sin cuartel y sobre todo un combate verbal como pocos: se dicen de todo y no hay quien los pare, solo eso que titula al relato y además que en estos tiempos una empresa es lo más esencial que la propia existencia. Y desde luego lo que Iseme y Antígona preparan en una dura pelea es de pronóstico reservado.

“Sustentabilidad” abre paso a las ideologías y todo aquello que cambia de manera repentina, como un torbellino que arrasa con todo. Markus Hinterman, Eva Lundqvist y Stella Glück; el primero, un matemático para quien la segunda es “un teorema irresoluble”, quien se mueve entre lo que se tiene que hacer para un mundo mejor: una nueva ley energética y viajará hacia Alemania para entrevistarse con los Verdes, parte de la izquierda woke que la tercera detesta, y quien es además una empresaria alemana de grandes alcances, tanto que se adentran en un meollo de intereses en donde muchos salen perjudicados. Ires y venires de una trama escabrosa, con encanto sublime y con las mejores argucias del texto que delata, denuncia, suena a estrépito con alguna ONG que retumba a sus protagonistas, a quienes poco se les puede reprochar el solo querer dar más en esta vida moderna. Se vienen demandas, y más demandas, todo por la buena sustentabilidad y contribuir a frenar el cambio climático.

Pero aún hay más bilis por derramar. Qué tal la transparencia, porque todo sucede, y seduce, en las redes sociales, con hashtags y toda la cosa, y ahí no hay medias tazas, porque el “pajarraco” bien que se da vuelo con la verborrea. El ataque, la sobreexposición, el rumor constante, los vuelcos de darle a Julia Jahn apenas la suerte de que no se meta de nuevo en problemas, terminan por someterse a lo más desdeñoso de las redes; fake news, retruécanos, lapidaciones, todos tienen una opinión y la hacen valer, así se les vaya la vida y el alto consumo que viene a parar a un red acaso oscura como su existencia. O no, porque todo eso existe se ahí, en el ciberespacio, donde de asesina o argüendera no la bajan. Así se consume este relato, habida cuenta de que en la realidad pasan hasta peores cosas.

Hay quienes han experimentado los sinsabores de querer conocer a alguien que ejecuta tan bien la música, pero esa persona que lo hace también le invade un profundo dolor. En “Atonalidad” se aborda el cuerpo que crea, que redimensiona la música, que vuelve cómplices a los oyentes, aunque en el fondo ella busque un refugio. Está a punto de dejar la música para siempre, le tocó un infortunio. Un señor obsesionado con la flauta que suena en un piso arriba de donde vive. Y de nuevo la pesadilla, ante un nutrido público, y la cellista que está a punto de volcar su brutalidad en el escenario. Es así como los personajes de esta obra desentonan con este mundo ruin.

 “Poética” es el cuento esperado de Volpi. Y es quizá a lo que más le tiene miedo un escritor, a que sus personajes se rebelen, cobren vida y los delaten, que es el caso de Arístides Kapuchinski, Gilbert O’ Sullivan, Silvestre Cabrera, Saturnino Corominas, Saúl Camacho quienes se les “le ponen al brinco” a Santiago Contreras, laureado autor con premios y libros que se ha ganado las buenas y malas críticas, como todos, aunque con el tino de que quien relata este texto es su personaje, así que se sabe los tejes y manejes de su creador, y tal vez hasta más. Cuento que escupe, que cuestiona, que va a contrapelo, que es letal, y que además se va a los confines de cómo es que los personajes adquieren su propia personalidad, se tornan en persona y he ahí lo complicado: que pueden algún día tocar la puerta de la casa. Y mientras se debaten las ideas en torno a cómo es que Santiago se atrevió a crearlo, en ese ínter, se cuenta la historia de Santiago y Juan Jacobo, esos dos grandes amigos en quien la fatalidad los alcanzó, pero sobre todo se encamina un texto –se aclara: dentro del cuento de Volpi– que va a cambiar para siempre la forma de hacer literatura: los enrabiados que aguardan el leve descuido para salir a la luz con sus mejores armas: las palabras. Así que este personaje cuenta y recuenta, escupe de todo: desde asesinatos, encuentros con el autor y sobre todo los reclamos de no hacerlo mejor personaje, el cual debió tomar en cuenta antes de invadir las páginas en blanco.

In: