General de EU entrega mando en Afganistán y alistan retirada

France 24, Reuters, AP y EFE/Kabul

Estados Unidos dio este 12 de julio uno de los últimos pasos para retirarse de Afganistán, hasta ahora el conflicto más largo de su historia.

En medio de una ceremonia, Austin Miller, el general estadounidense que ha liderado durante años las tropas de su país y de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en el territorio afgano, renunció al mando y abandonó el país en silencio. Un final simbólico, mientras los insurgentes talibanes ganan impulso, para controlar varias zonas de la nación asiática.

«Lo que les digo a los talibanes es que ellos también son responsables. La violencia que está ocurriendo va en contra de la voluntad del pueblo afgano y debe detenerse», subrayó Miller al recordar las vidas perdidas en los combates y pidió a los insurgentes que detengan los ataques.

Miller, el último comandante de cuatro estrellas en servir en tierra en Afganistán, subió a un helicóptero y despegó de la base militar en Kabul que durante mucho tiempo fue el centro crucial del esfuerzo bélico por dos décadas.

El militar cedió oficialmente el mando al Comando Central de EE. UU., en Florida, bajo el liderazgo del general de la Infantería de Marina Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM). Asumirá ahora la responsabilidad de las cuadrillas internacionales restantes, hasta al menos el 31 de agosto, fecha en la que está previsto que se complete la retirada.

Pero después de ese tiempo, el enfoque de Washington cambiará directamente a operaciones antiterroristas contra Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico, explicó McKenzie.

Las operaciones de ataques aéreos que el Ejército estadounidense considere necesarios, durante el tiempo que queda, serán dirigidas desde Tampa, Florida. Entretanto, la misión de proteger a la presencia diplomática restante, así como defender el aeropuerto de Kabul recaerá en manos de otro almirante en el terreno.

«Pueden contar con nuestro apoyo en los peligrosos y difíciles días que se avecinan. Estaremos con ustedes», aseguró McKenzie en su discurso.

Talibanes ganan mayor control del territorio

El Departamento de Defensa de Estados Unidos reconoció este lunes el continuo avance de los talibanes en numerosos distritos de Afganistán a medida que las tropas estadounidenses ultiman su retirada del país. Algo que aseguró les causa preocupación. Sin embargo, no se vislumbra un retroceso en la medida, según el Gobierno.

En los últimos meses, los talibanes han ido ganando control de más territorios que en cualquier otro momento desde que comenzó el conflicto, y siguen avanzando. Se cree que el grupo controla más de un tercio del país, mientras reclama un nivel de dominio mucho mayor.

Los talibanes han invadido una gran cantidad de áreas rurales recientemente, obteniendo el control de un territorio estratégico a lo largo de las fronteras de Afganistán con Irán, Uzbekistán y Tayikistán.

En medio de la salida internacional, los militantes islamistas invadieron incluso zonas que estaban bajo liderazgo de las fuerzas de seguridad afganas.

Aunque las Fuerzas de Seguridad y Defensa Nacional de Afganistán (ANDSF), financiadas por Estados Unidos y la OTAN, han opuesto resistencia, en ocasiones los militares parecen abandonar la lucha.

El asesor de seguridad nacional afgano, Hamdullah Mohib, reconoció problemas de reabastecimiento de las tropas locales que están sobrecargadas, pero indicó que planean centrar sus esfuerzos de combate en «donde más necesitamos defender».

Por su parte, el general estadounidense que asumirá la dirección de las tropas extranjeras hasta el 31 de agosto advirtió que los talibanes, buscan «una solución militar» a una guerra que Estados Unidos ha tratado infructuosamente de poner fin con un acuerdo de paz entre los insurgentes y el presidente afgano Ashraf Ghani.

«Necesitamos ver algún gesto de los talibanes aquí de que no solo están completamente decididos a ganar la victoria militar (…) Estamos en un período de encrucijada en este momento en la historia de Afganistán», afirmó Frank McKenzie.

El militar agregó que las capitales de las provincias afganas están en riesgo y que los talibanes parecían interesados ​​en tomar Kandahar, la segunda ciudad más grande de la nación y el lugar de nacimiento del grupo extremista.

Si bien expresó su confianza en las fuerzas nacionales, también alertó sobre las consecuencias que una victoria de los talibanes podría tener para el pueblo afgano.

«Si este gobierno es derrocado, si los talibanes prevalecen, creo que vamos a esperar un retorno a los estándares medievales aquí en Afganistán, particularmente en el ámbito de los derechos de las mujeres, los derechos humanos, la educación y tantas otras cosas», sostuvo McKenzie.

Apodada la «guerra eterna», por algunos en Estados Unidos, este conflicto comenzó luego de que el Gobierno del entonces presidente George W. Bush acusara a los talibanes de estar detrás de los fatídicos ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Estados invadió Afganistán el 7 de octubre de 2001, aparentemente para sacar a los talibanes del poder, luego de que el grupo se negara a entregar a Osama bin Laden y a otros miembros del terrorismo islamista.