“El pensamiento conspiranoico” y sus diversas manifestaciones

Noel Ceballos documenta sobre las teorías de la conspiración desde sus más longevos antecedentes hasta la actualidad, donde la ufología, el terraplanismo, las fake news, entre muchas, generan pasiones, debates y hasta fanatismo  

Israel Morales/Monterrey

Desde que en 1797, el químico escocés John Robison escribió su tratado “Pruebas de una conspiración contra todas las religiones y los gobiernos de Europa llevada a cabo a través de reuniones secretas entre francmasones, Illuminati y sociedades lectoras”, se encuentra lo que Noel Ceballos documenta como la zona cero de la teoría de la conspiración, poco antes de que la Revolución francesa finalizara. Aquí todo lo escrito suponía instalar un tipo de tiranía ilustrada que derrocaba todos los gobiernos de Europa a través de los Illuminati, así nacía también el concepto de Nuevo Orden Mundial.

En “El pensamiento conspiranoico” (Arpa), el autor español aborda cómo la paranoia se ha convertido en la herramienta perfecta para pensar el mundo, desde el grado cero de aquel año de 1797 hasta la actualidad, y es apenas en el segundo capítulo donde se detiene en Donald Trump y algunas de las falsas noticias que se gestaron en InfoWars, a cargo de Alex Jones. El complot del “Estado Profundo”, así se le denominó a esa organización secreta de autoridades de Estados Unidos que tenía un fin más trágico contra el entonces ocupante de la Casa Blanca, que en esos días se contagió de covid en plena pandemia. Jones lanzó así sus palabras, desacreditadas después, en su portal de información. Esta obra también pasa por fases en que cierto sector de la política de los EU sucumbe al discurso antisemita con algunos mitos que se han instalado en la sociedad.

Pero, ¿qué sería de las teorías de la conspiración sin la ufología? Esto tiene sus antecedentes en 1947 con el avistamiento de Kenneth Arnold en el Monte Rainier y el incidente de Roswell en Nuevo México, y desde ahí han salido todo tipo de teorías para dar y repartir, desde la posible visita de seres de otro mundo a poner a este mundo en paz, o no, o los experimentos que ocultaba el gobierno de los EU. Paranoia que con los años fue bien llevada a los planos de la ficción con la serie de los “Expedientes X” en España (en México se le llamó “Expedientes secretos X”) y que el autor destaca uno de los grandes temas de la ufología: las abducciones. Secuestros, notas sobre distintos hechos relacionados con platillos voladores, el Área 51, algunas verdades a medias hay que decirlo, o los informes del gobierno sobre los ovnis, son parte de esa pasión que generan estos hechos que hasta una banda de postpunk, Blink-182, fue “abducida” por el tema marciano en “Aliens exist”, de 1999 que abre con “Ey, mamá: hay algo en el cuarto trasero/ Espero que no sean criaturas de allá arriba” (pág. 121), que se describe en el libro, y que Tom DeLonge (vocalista y guitarrista) dejó la banda y se dedicó con la compañía To The Stars, Inc. a convencer a los escépticos de la existencia de los extraterrestres.

Pero no hay que dejar fuera los grandes teóricos de la conspiración como Heribert Illig, quien con su “hipótesis del tiempo fantasma” señala que se debe dudar de la cronología humana, así como los sucesos, como el que Carlomagno no fue un monarca real, sino una leyenda cultural europea, al estilo del rey Arturo en Bretaña, o dudar de la existencia de la Alta Edad Media. Y también se detiene en Robbie Davidson, fundador de la Conferencia Internacional de la Tierra Plana (los terraplanistas), modelo que precisamente surgió en la Edad Media, es decir hay quienes ocultan la verdadera forma del planeta en que vivimos. Pero esta es una de las mejores: la serie que predice el futuro, “Los Simpson”, con algunos destellos de la mente conspiranoica. En uno de sus capítulos predijeron las fake news, por ejemplo.

Y es que en este mundo de noticias falsas, que tienen hasta 70 por ciento de probabilidad de ser compartidas que las verídicas, son el buen nutriente para poner en práctica cuanta teoría de conspiración se tenga al alcance.

Seudociencias, figuras de la conspiranoia, hechos relevantes como la muerte de John F. Kennedy y todo lo que implica el registro sobre su muerte, parte también del apartado de los magnicidios de personajes como Adolf Hitler, Martin Luther King o Abraham Lincoln, con detalles que causan asombro por los veredictos de teorías de la conspiración. Por supuesto ya en esas, los secretos y mentiras de la Casa Blanca, un buen caldo de cultivo para los temas que tan bien despliega Ceballos.

Una buena actualización de teorías conspirativas que no son otras cosa que el enfrentamiento a un mundo cada vez más complejo y caótico.

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