Brilla el arte de Alfredo De Stefano y la Filarmónica del Desierto en el Rufino Tamayo

La  combinación de música y fotografía con elementos de inteligencia artificial hacen que la velada de anoche fuera única e irrepetible en “Tormenta de Luz”, concierto inmersivo.

Vitrinanews/San Pedro Garza García

En la gran pantalla surgió la magia de la fotografía de Alfredo De Stefano que junto con la música de la Orquesta Filarmónica del Desierto, fusionaron su arte para hacer de “Tormenta de Luz” una experiencia brillante e interactiva en el Parque Rufino Tamayo de este municipio.

Los tonos rojizos de desierto de Atacama, el lugar no polar más árido de la Tierra en Chile, los amarillos del Sahara, junto con las ondulantes formas del desierto de Arizona en Estados Unidos, imágenes captadas por la lente de De Stefano, aparecieron frente a los ojos de los espectadores y ante ellos la exultante música del ensamble coahuilense, dirigido por Natanael Espinoza.

Fotógrafo y músicos unieron sus talentos, junto al de todo un equipo de artistas que no estuvieron frente la escena, pero que aportaron su granito de arena, para lograr el efecto inmersivo esperado y tan comentado previamente haciendo de “Tormenta de Luz” un espectáculo único en su género.

La multimedia hizo mancuerna con la música de «Las Cuatro Estaciones», del compositor italiano Antonio Vilvaldi, en la primera de las presentaciones de una gira nacional, luego de su estreno mundial en Saltillo, Coahuila, en mayo de este año.

«Tormenta de Luz” presenta la obra fotográfica de De Stefano, quien es considerado uno de los fotógrafos conceptuales contemporáneos más importantes de México y se hace a través de una pantalla LED de 18 x 3 mts., que proyecta el trabajo de más de dos décadas del artista coahuilense.

Más de 200 fotografías, proyectadas en 6K, ilustraron la visión de De Stefano de 15 desiertos del mundo, entre los que se cuentan el Sahara, del norte de África; Namibia, del Sur de África; Gobi, de Mongolia; Thar, en la India; Atacama, en Chile; Nazca, en Perú; Arizona, en Estados Unidos; Gibson, en Australia; Desierto Negro en Islandia; Desierto de La Puna, en Argentina; Siloli, de Bolivia; y los desiertos mexicanos Chihuahua y Sonora.

Los solistas Juan José López Campos (Venezuela) y Carlos Suárez Morejón (Cuba), violinistas, imprimieron un sello aún más intenso por la precisión en el dominio de su instrumento.

En la segunda parte, la obra sinfónica “Electric 3 Cities”, del Maestro Obed Cortés, de México, quien es además timbalista de la OFDC, pieza escrita especialmente para «Tormenta de Luz», hizo vibrar a la audiencia.

En la velada también se contó con la participación del músico graduado en Producción Contemporánea en Londres, Inglaterra, Salvador Alejandro Garza Fishburn y de la poeta Mercedes Luna, Premio Nacional de Literatura “Gilberto Owen”, quien recitó un poema que escribió ex profeso para el espectáculo.

El viaje mágico por los desiertos del mundo hizo que los espectadores recorrieran paisajes hermosos y conocieran a algunos de los lugareños de aquellos sitios, igualmente retratados por De Stefano, ello al ritmo de la potente composición de Cortés que logró emocionar a más de uno de los espectadores.

Un punto relevante de la propuesta es que algunos de los asistentes también se integraron al ensamble, al accionar trozos de manguera que al agitarlos al aire crearon un efecto sonoro único, como lo fue la propuest

a de principio a fin.

 

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